Del famoso Caballero D. Ramiro Dedospechos.
Famosos fueron sin duda
Las fazañas y los fechos
Del famoso caballero
D. Ramiro de Dospechos
Era éste buen cristiano,
Valiente y muy atrevido
(a las mujeres amaba
Y huía del enemigo).
Y para que se haga firme
Aquello que aquí vos digo
Narraré viajes varios
De los que existen testigos.
Una tarde de verano
En que no estaba bebido
Viendo en la esquina de siempre
A Pedichuelo, el mendigo
(hombre que fue muy valiente
Antes de caer herido
Y perder las dos muñecas,
La pierna por el tobillo)
Rapiñole los dineros
Aprovechando un bullicio
Con elegancia, eso sí
Y siempre con mucho estilo.
Con los cuartos que robara
Mercóse siete cuchillos
Una daga albaceteña
Para cortar los chorizos
Agencióse un par de botas
Y dio la entrada pa un piso.
¡vean, pues, vuesas mercedes
Lo que gana hoy un mendigo!
Mas sigamos conociendo
A nuestro ínclito amigo..
Altanero y muy gallardo
Muy en el juego metido.
Valiente dicen que era
(o tal vez ya os le he dicho?)
Amante del buen comer,
De las mujeres amigo
Y no tanto de los hombres
(se desconoce el motivo)
Puede que por su soberbia
Sus continuos desafíos
O tal vez por sus reyertas
Cuando no haya enemigo
Además del buen yantar
Le gusta beber buen vino
Y en este arte domina
Lo que no está en los escritos.
Valga como ejemplo este
Que cuentan varios testigos
Y es que estando en la taberna
Una tarde de domingo
(lo mismo si fuera lunes
A la Taberna se es ido..)
Le sirvieron de una bota
Con un chorrillo muy fino
Y en viéndolo caer
Y sin haberlo bebido
Don Ramiro exclamó:
“este vino es vino tinto!”
Entendido caballero
Nuestro amigo D. Ramiro!
Mas volvamos a los fechos
No nos perdamos del hilo
De aquestos gestos gallardos
Que protagonizó el bandido.
Ramiro tenía huestes
(otros le llaman amigos)
Mas no son aquellas gentes
Las mismas que yo os digo
Ya que los amigos son
Como el pan, si es de trigo
Y si estos fueran pan
No fueran de trigo limpio.
Mas sométolo a vuecencias
Que juzguen con buen juicio.
Fecho primero relato
Meses atrás ocurrido
Cabalgando por la estepa
Las huestes de don Ramiro
Vieron venir a lo lejos
A dos damas y un pollino.
Ramiro manda parar
A su tropa, pide vino
Se lo bebe y con la manga
Limpia ágil el hocico
Arenga a todos sus hombres
Desta manera les dijo:
“Caballeros castellanos,
Por ahí viene un borrico
Y dos damas peligrosas
Quien sabe con qué destino
Desplegaros por el campo
Cortémosles el camino.
Si se resisten dejadlas
No corráis ningún peligro!
Que no hay gloria
En vencer damas
Quedáos con el pollino!
Nos valdrá para cargar
Con el odre y con el trigo”
Así lo hicieron valientes
Partieron..!cruel destino!
Detrás de aquellas mujeres
Con grandes voces y gritos.
Mas una diose la vuelta
Agarrada a un cuchillo
Que medía por lo menos
Cuarenta y cinco centímetros
Y un bigote que daba
La vuelta a medio molino
Pensáronselo mejor,
Desandaron el camino
Con el rabo entre las piernas
Por deciros algo fino.